sábado, 28 de abril de 2012

CALLEJON DE LAS MONJAS.

CALLEJON DE LAS MONJAS:


Para mi gusto es el rincón con más magia de Arcos de la Frontera. Se halla en todo lo alto, a la espalda de la basílica que ocupa una de las aceras estando la otra repartida entre el convento de la Encarnación y diversos palacios medievales.

En este espacio destaca la fachada del convento que fue modelada en 1529 en estilo gótico florido siguiendo las indicaciones de Juan García Combado. En el siglo XVI la Villa se llena de hospitales de beneficencia, hasta 14 llegó a tener según el historiador Miguel Mancheño, patrocinados por la nobleza y dirigidos por órdenes religiosas.

Este de la Encarnación fue subvencionado por Juana Ximénez, apodado popularmente como La Camacha. Sirvió de capilla, hospital y convento desde 1529 hasta 1855, año en que se aprobó la Desamortización de Mendizabal. Actualmente es un centro cultural dedicado a galería de arte.

Asimismo en este tramo de la calle Deán Espinosa, conocido por todos como Callejón de las Monjas, hay varios palacios nobiliarios de diversos estilos artísticos. Además de algunos establecimientos de ocio como el Hostal El Patio, enclavado en el rincón más típico de toda la ciudad.

Pero lo que define al Callejón son los arbotantes, los llamados Arcos de las Monjas y Ladrón del Agua pues sustraían por su pendiente este elemento a la basílica. En realidad se trata de una reforma efectuada en 1699 por el jerezano Diego Moreno Meléndez para sostener los muros de la iglesia, en claro riesgo de derrumbe por el peso de sus bóvedas.

Indudablemente la estrechez de la calle así como las bocacalles tan empinadas que confluyen en ella contribuyen a darle su encanto tan especial.

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