viernes, 27 de abril de 2012

HISTORIA DE ARCOS.


Casa del Conde del Aguila


En la parte alta de Arcos de la Frontera, en la entrada al Castillo medieval, llamada Calle Cuesta de Belén hay un edificio llamativo que no suele aparecer en las guías de turismo. Se trata de un caserón de procedencia andalusí que en el siglo XIX fue remodelado en estilo neogótico.

Algunos confunden su entrada afirmando que se trata de gótico tardío (¡y tan tardío!) con influencias mudéjares. No es así sino el resultado de la moda historicista que hizo furor entre los ilustrados durante el siglo XIX. Su ideal era el renacimiento de las artes medievales, lo que explica la fusión entre lo aparentemente gótico y los elementos mudéjares, algo que en el arte medieval no se concebía en las fachadas sino en los artesonados y en la distribución de los espacios.

La fachada que puede contemplarse es única en todo Arcos, yo iría incluso que en toda la provincia. Sobre una amplia entrada adintelada se ha colocado recientemente una cerámica mariana. Pero sobre esta entrada, en cuyas jambas hay figuras de animales y de cadenas, hay un conjunto de guirnaldas, precediendo a un gigantesco alfiz cuya parte central es una ventana mora geminada con dos agujas.

El conjunto es muy hermoso y llamativo. El edificio internamente está muy remodelado por su adaptación a sus actuales funciones administrativas, siendo visitable en horario de mañana.

El III Conde del águila, Juan Ignacio de Espinosa y Tello, fue descuartizado por el populacho en Triana, donde colgaron sus restos para escarmiento general, acusado de afrancesado. Era un noble ilustrado al que no perdonaron sus ideas de cambio social. Una muerte absurda y que deshonra a sus asesinos, quizás por ello su casa y su vida se hayan sumido en el olvido.

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